Luego de recibir una denuncia, la Policía Ambiental investigó y halló dos ejemplares silvestres que no tienen distribución en Córdoba
Tras recibir una denuncia que alertaba la presencia ilegal de fauna silvestre en una vivienda en barrio Argüello de la capital provincial, la Policía Ambiental de la Provincia de Córdoba comenzó una investigación que derivó en un allanamiento de la propiedad para verificar la situación de ejemplares silvestres en cautiverio.
A la vivienda se ingresó mediante una orden de allanamiento expedida por la Unidad Judicial de Argüello. Participaron en el operativo de control personal del área de investigaciones de la Policía, de la Patrulla Rural, un médico veterinario y un fotógrafo.
«Una vez en el lugar los agentes comprobaron que efectivamente había dos guacamayos azul y amarillo en el domicilio. Al parecer fueron traídos de la provincia de Corrientes con una guía de tránsito, pero no tienen autorización para tenerlos en nuestra provincia», informó Adrián Rinaudo, secretario de Policía Ambiental.
Posteriormente, el funcionario explicó que en Córdoba la tenencia, transporte y comercialización de fauna silvestre se encuentra totalmente prohibida y por lo tanto no se puede tener estos individuos como mascota, ya que se estaría infringiendo la Ley Nacional 22.421, la Ley Provincial 7343 y el Decreto 1751/11.
Los dos ejemplares quedaron por orden de la Unidad Judicial N°19 en el domicilio allanado bajo la figura de depositario judicial.
Guacamayos azul y amarillo
El guacamayo azul y amarillo (Ara ararauna) es un ave originaria de América del Sur. Su área de distribución comprende desde Panamá hasta el noreste de Argentina. Con frecuencia es perseguido por el tráfico de fauna silvestre por su plumaje vistoso.
Más fauna silvestre recuperada
Una situación similar ocurrió en Villa del Rosario cuando personal de la repartición perteneciente al Ministerio de Ambiente y Economía Circular conjuntamente con el personal de investigación de la Policía Rural ingresó a un domicilio y encontró 22 aves silvestres, seis jaulas y cuatro tramperos.
Además, los inspectores detectaron subproductos de caza tales como: tres liebres y una vizcacha faenados, un cuero de gato montés, dos cabezas de puma taxidermizados, un caparazón de mataco bola y uno de quirquincho; 13 trampas leoneras y cuatro chuzas.
Los pepiteros de collar, la reinamora, el brasita de fuego, los chingolos, los mistos, la perdiz copetona y el cachilo ceja amarilla se trasladaron a la reserva Tatú Carreta para iniciar su cuarentena sanitaria y evaluar una reinserción.