La empresa puso fin a su producción, la cual estaba vigente desde 1939. Ciento cincuenta operarios recibieron notificaciones de despido y comienza el cierre definitivo de la planta ubicada en Llavallol
Un año después del cese de sus operaciones en San Luis, Dánica cerró ahora su histórica planta en Llavallol, en la zona sur del Gran Buenos Aires. La empresa fabricante de margarinas y aderezos puso punto final a su producción, la cual estaba vigente desde 1939 y empleaba a alrededor de 150 personas.
Dánica Dorada es una marca que se hizo conocida en Argentina por un recordado jingle publicitario, que aún tienen presentes varias generaciones de argentinos.
La combinación de «Dánica Dorada» con «era para untar» y la niña saltando la soga mientras repetía las frases, fue emitida por última vez en 1973. Después se hizo marca y logo de la empresa.
La planta detuvo su producción en octubre de 2024, cuando anticipó vacaciones al personal y lanzó un plan de retiro voluntario. El cierre de la actividad se produjo en diciembre, cuando inició el pago de indemnizaciones, financiado mediante la venta de maquinarias e instalaciones.
El cierre definitivo fue comunicado oficialmente por la empresa Dorada S.A., parte del Grupo Beltrán, en carta fechada el 27 de diciembre de 2024. En el documento, la firma se justifica por «la gravísima situación económica y operativa que afecta al establecimiento», indicando que ya no existen tareas para ofrecer a los trabajadores.
Entre los motivos, la compañía citó los altos costos laborales. A esto se sumaron las dificultades logísticas y la caída en las ventas, en un contexto de recesión económica.
«En la planta se producían margarinas, aunque los niveles de venta eran marginales en la última etapa. La dotación de personal excedía ampliamente las necesidades productivas», indicaron fuentes de la empresa, que tiene como contraparte al Sindicato de Obreros y Empleados de la Industria del Aceite (SOEIA).
Acción gremial
Ante la situación, el Sindicato de Aceiteros, que representa a los trabajadores de la planta, mantiene firme su postura en defensa de la continuidad laboral.
Ezequiel Beltrán, secretario Gremial de la Federación Aceitera y secretario Adjunto del Sindicato Aceitero de Capital Federal y Gran Buenos Aires, expresó: «El sindicato no pelea indemnizaciones, el sindicato pelea puestos de trabajo».
En efecto, las negociaciones continúan, pero el único acuerdo alcanzado es el del pago de las indemnizaciones al 50%. El gremio advirtió que se estaba buscando reducir el número de cuotas en que se pagará la compensación desde las 12 ofrecidas inicialmente por la empresa.