El Colegio Argentino de Cardioangiólogos Intervencionistas (CACI) anunció la medida. Se debe a la situación que afronta el sector con «honorarios bajísimos» y falta de insumos
Los médicos cardiólogos intervencionistas de todo el país resolvieron no efectuar en todo el territorio nacional ninguna práctica de colocación de stents ni de angioplastia por dos días, aunque mantienen guardias para garantizar casos de urgencia.
Los profesionales médicos reclaman la intervención del Ministerio de Salud de la Nación, para resolver una urgente actualización de sus honorarios y además el pago en término de las obras sociales, por los servicios prestados.
La medida estaba pautada para mediados de este mes, pero finalmente se lleva a cabo hoy y mañana jueves. Así lo señala un comunicado firmado por las autoridades del Colegio Argentino de Cardioangiólogos Intervencionistas (CACI).
«Los médicos cardiólogos han decidido suspender la colocación de stents y la realización de angioplastias durante dos días, comenzando el miércoles 28 de agosto». Esta medida de fuerza se debe a los «honorarios bajísimos y falta de insumos y la crisis económica que atraviesa el sector de la cardiología intervencionista en Argentina», señalaron desde el CACI.
Los profesionales de la entidad comunicaron que únicamente se atenderán las urgencias para evitar que pacientes en estado crítico puedan morir.
Asimismo, desde el CACI precisaron que la necesidad de intervención estatal se ve impulsada por la combinación de «honorarios profesionales prácticamente inexistentes por el deterioro inflacionario y el aumento exponencial de los costos para realizar la práctica médica».
Esta combinación de factores se tradujo en un creciente retraso en la entrega de insumos por parte de las obras sociales y prepagas, lo que somete a los pacientes a riesgos mayores. Según el comunicado, «con sus prácticas cada año en la Argentina se salvan 200.000 vidas aproximadamente».
Con la protesta, además de visibilizar la problemática, los cardiólogos intervencionistas esperan ser convocados por el gobierno nacional, a través de la Superintendencia de Servicios de Salud, para «avanzar en un diálogo concreto y productivo».