La ira no se calma en la ciudad estadounidense de Minneapolis, que ha vivido una tercera noche consecutiva de caos y violencia tras la muerte de George Floyd, un afroestadounidense de 46 años, muerto a manos de la policía el pasado lunes.
Decenas de comercios han sido saqueados o incendiados, incluida una comisaría.
El gobernador de Minesota autorizó el despliegue de la Guardia Nacional. También van a llegar a la ciudad unos doscientos policías y helicópteros para tratar de contener las protestas.
«No puedo respirar»
Las dramáticas imágenes de la muerte de George Floyd dieron la vuelta al mundo. En ellas se ve al hombre tendido en el suelo, mientras un policía lo mantiene inmovilizado con una rodilla sobre el cuello. «No puedo respirar» se le oye decir a Floyd suplicante. Otros tres agentes observan la escena, que dura casi ocho minutos, sin hacer nada.
El hombre, que se encontraba desarmado, fue arrestado después de que alguien lo denunciara por pagar presuntamente en un comercio con un billete de veinte dólares falso.
En tanto, según consigna Euronews, la Fiscalía General y el FBI investigan lo sucedido y los cuatro policías implicados han sido despedidos, pero aún no se han dictado cargos contra ellos, lo que acrecienta la cólera en Estados Unidos.
Al grito de «no puedo respirar» y la «vida de los negros importa» las protestas se extienden por muchas ciudades, de Nueva York a Los Ángeles, ante este enésimo escándalo de brutalidad policial que sacude el país.