En la tarde del jueves, el Consejo Federal de Educación (CFE) aprobó de forma unánime el protocolo para el retorno a clases presenciales en la educación obligatoria y terciaria.
El documento constituye un piso mínimo de requerimientos para la apertura de instituciones educativas, a partir de los que cada jurisdicción podrá agregar criterios adicionales y adecuarlos a la realidad local.
En efecto, el protocolo nacional no implica una aprobación de aplicación inmediata para Córdoba, sino que es un marco de referencia para el desarrollo de las reglamentaciones que los equipos técnicos están diseñando, teniendo en cuenta las características particulares de nuestro territorio, la conformación diversa de comunas, pueblos y ciudades y las distintas realidades epidemiológicas.
Estas pautas básicas dentro de las escuelas se basan en el distanciamiento físico, el tiempo de exposición, la dinámica del aire y la higiene personal.
La reanudación de las clases presenciales en el país tendrá las siguientes características: será a través de un escalonamiento progresivo, de acuerdo con criterios epidemiológicos de evolución de la pandemia y las características sociodemográficas de cada región; y la asistencia será alternada por grupos de alumnos/as de manera de garantizar el cumplimiento de las normas de distanciamiento social, articulando tiempos de presencialidad y de no presencialidad bajo un modelo «bimodal».
Las provincias deberán presentar un Plan Jurisdiccional de retorno a clases presenciales ante el Ministerio de Educación de la Nación, a través de la Secretaría General del Consejo Federal de Educación, que tendrán que contemplar -en su organización y alcances- lo establecido en el documento acordado y tener la aprobación de las máximas autoridades educativas y sanitarias de cada jurisdicción.