Por quinto sábado consecutivo, miles de personas salieron a las calles de París para protestar contra el elevado costo de vida y para exigir la renuncia del presidente Emmanuel Macron. A pesar de que el mandatario había anunciado la semana pasada la suspensión de algunas de sus polémicas reformas.
Dos personas murieron – una al noreste de París y la otra cerca de la frontera con Bélgica- en accidentes causados por los bloqueos de rutas y ascendieron a 8 las víctimas fatales en el marco de estas protestas. Las autoridades reportaron además 7 heridos.
Con esta nueva jornada de movilización, los denominados «chalecos amarillos», un movimiento ciudadano nacido en rechazo al alza de los combustibles y que ahora aglutina el malestar general hacia las políticas de Macron, continúa su embestida contra el gobierno.
El gobierno en tanto, volvió a desplegar un extenso dispositivo de seguridad con 8000 policías movilizados y 14 vehículos blindados.